Mitología en España sobre el lobo
- Lucha en contra del exterminio del Lobo Ibérico
- 8 nov 2015
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Nuestra tradición, alojada ya en el inconsciente colectivo, es rica en alusiones a la supuesta perversidad y agresividad del lobo. La influencia católica ha hecho además que se haya considerado al lobo como una "criatura de las tinieblas", incluso vinculada al demonio.
No es de extrañar que un depredador como el lobo, único capaz de hacernos frente en la naturaleza que nos rodea, y que actúa de forma organizada y efectiva, despierte los ancestrales miedos a ser cazado. Sin embargo en la milenaria pugna entre lobo y hombre, las agresiones del lobo frente a las nuestras son infinitamente menores. La prueba es la actual situación de su especie.
Otras culturas, menos interesadas que la cristiana en mantener a las personas en la ignorancia y el miedo, han visto en el lobo un símbolo de la sociabilidad, la eficacia y la inteligencia.
Los mitos de Rómulo y Remo o el de Gárgoris y Habis presentan situaciones similares, en las que cachorros humanos son amamantados por lobas. Los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran. El ideograma chino para representar al lobo significa literalmente "perro distinguido", tal vez por el aspecto rasgado de sus ojos.
Sin embargo nuestra tradición está llena de historias que están en la mente de todos, en las que el lobo es un ser maligno y cruel, incluso el resultado de la transformación de un humano en un ser de instintos bajos, incontrolables y asesinos. En el terreno de los dichos podemos encontrar lo mismo: "Ver las orejas al lobo", "Meterse en la boca del lobo", "El hombre es un lobo para el hombre" (falso en lo que dice, pero muy revelador en cuanto a la actitud humana).
Todas estas actitudes y prejuicios, propios de las mentes ignorantes y supersticiosas de la Edad Media, deberían ser arrojadas de nuestras mentes gracias al conocimiento de lo que nos rodea. El valor de un ser racional no está en reclamar serlo, sino en ejercer de tal.
Ya en España, el lobo constituye uno de los motivos animalísticos representados en vasos, urnas y platos ceremoniales de los antiguos iberos, casi siempre reflejando el carácter infernal de este animal (ojos ligeramente rasgados, orejas puntiagudas, belfos distendidos dejando ver los dientes triangulares y los colmillos) y en ocasiones junto a jabalíes, cuya significacion funeraria ha sido ampliamente documentada.
La vinculación del lobo a las creencias de ultratumba se halla atestiguada en toda el área mediterránea. Hubo zonas de la España pre-romana en que el lobo era representado como animal totémico en monedas, siendo sustituido más tarde por la loba romana.
El culto al lobo ha podido arraigar con mayor fuerza entre aquellos pueblos hispanos menos sometidos al proceso de romanización, como en el País Vasco.
En términos generales, el simbolismo animalístico en el mundo mediterráneo se halla impregnado de matices peyorativos. Las relaciones entre el hombre y el animal no se han establecido ciertamente en términos de igualdad ecológica, sino que el hombre civilizado se ha tomado él mismo como centro de la naturaleza. Por ello no es extraño que en Hispania, como en otros sitios, un animal depredador por antonomasia como el lobo haya proporcionado la adecuada imagen mitológica. El lobo frecuentemente se presenta como arquetipo de ferocidad.
También su piel ha dado lugar a todo un simbolismo. La piel de este animal en ciertas tribus constituía un elemento simbólico de sumisión.
Igualmente, el mito de la licantropía ha formado parte desde antiguo de nuestro acervo cultural. El hombre-lobo figura en multitud de dichos y leyendas y con diversos nombres, sobre todo en el área occidental de la Península.
El libro "El lobo ibérico: biología y mitología" de Ramón Grande del Brío incluye una descripción a fondo del lobo en la mitología ibérica.
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