Etología del Lobo ( David Nieto Maceín )
Es claro que. Si la toda la la conducta social del lobo, se basa en la perfecta organización para la práctica de la depredación, la necrofagia, obligada o fomentada, puede trastocar, en varias generaciones, las claves de conducta de la especie, hasta puntos alarmantes, pues no solo implica un cambio en la orientación trófica, sino que, con ello, también un cambio en los esquemas conductuales. La razón de ser de una especie cualquiera estriba en el mantenimiento de su propia condición y que, de ser el lobo un merodeador de basureros, "carecería de sentido ecológico su supervivencia".
Que el lobo esta conformando como depredador es algo que ha quedado claro,, y por tanto, es fácil comprender que, si en determinadas zonas, el lobo se ve obligado a sobrevivir aen parte a costa de basuras, estos lugares será, ejemplos de ecosistemas dañados. Incluso, el hecho de que manadas enteras deban sobrevivir a costa de basuras, o se fomente esto como una pretendida y desacertada forma de intentar atajar los daños a la ganadería, puede conllevar gravísimos problemas a corto y medio plazo. El lobo, como
cánido, es un oportunista, que no desdeña la carroña cuando se presenta la ocasión, como se ha podido comprobar a menudo en las montañas asturianas con los cadáveres de rebecos muertos en la nieve por accidente o enfermedad. Por lo que "cazar no es solo capturar para comer", y el lobo "no solo es un animal que come, sino que, fundamental, es un animal que caza". Esto es algo que conviene tener muy claro.